El té y la salvia - Tomás de Iriarte

Es una conversación entre el té y la salvia. Llegando el té del Imperio Chino, se encontró con la salvia en el camino. El té iba a Europa “donde sé que me compran a buen precio” y la salvia va a China, “que allá con sumo aprecio me reciben por gusto y medicina. En Europa me tratan de salvaje, y jamás he podido hacer fortuna”.

Habla pues de que  se vende más lo extranjero que lo nacional. Esto ocurre incluso en la literatura, que se conoce y aprecia más a Boileau y el Tasso, que a Garcilaso. 

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