El filósofo en el campo - Meléndez Valdés

El autor es un filósofo ilustrado que se haya a la sombra de una encina en el campo (clara referencia a Horacio), resguardándose del calor y escribe a su amigo Fabio que está en la corte, en su gabinete, en un sofá mullido y no tiene vigor para respirar, mientras él en el campo lo afronta sin temor.
El filósofo pretende ser un ilustrado que “mira y contempla”, es decir, observa la miseria de los labradores para aprender.
Los cortesanos juzgan mal a los pobres y los insultan con su risa entorno a la opulenta mesa.
Frente a la opulencia de la corte el hombre de campo carece de pan, finalizando con un “Insensibles nos hace la opulencia”, lo cual se consideraba una lacra para los ilustrados, el ser insensible.
“¡Ay Fabio, Fabio!” (hace referencia a un poema del siglo XVI " vemos la importancia de la tradición del XVI para los ilustrados)
El campesino se presenta como modelo ético y como modelo de ciudadano y económico porque durante el siglo XVIII se consideró que el sector primario, el campo, era el motor de la riqueza de una nación, mientras que el consumo suntuario de la ciudad empobrecía al país.
Muestra el heroísmo del campesino que lleva una vida miserable y lleva sobre sus hombros toda la economía del reino, aquel que se sacrifica por un amigo,…
“Hombres, ¡ay! hombres, Fabio amigo, somos, vil polvo, sombra, nada; y engreídos cual el pavón en su soberbia rueda, deidades soberanas nos creemos.  ”
“No, Fabio amado, no; por estos campos la corte olvida; ven y aprende en ellos, aprende la virtud” ideal del hombre campesino. La virtud ha huido de la corte, porque los hombres habían perdido la candidez, la bondad que le caracterizan como hombre, mientras que la virtud está en el campo, ya que la vida de los campesinos es más primitiva.
“Aquí los dulces, los sagrados nombres de esposo, padres, hijos, de otro modo pronuncia el labio y suenan al oído.”
Las mujeres en el campo ayudan a su marido, no son ruina del marido, los niños ríen y son cariñosos.
 Critica a los nobles que miraban con desdén a estos virtuosos campesinos. Dice a Fabio que huya de esa peste que es la corte. “Húyelos, Fabio, ven, y estudia dócil conmigo las virtudes de estos hombres no conocidos en la corte.”
Señala algo muy novedoso, porque dice que el campo e modelo de virtud, pero además critica las condiciones en que viven esto campesino “Admira su paciente sufrimiento, o más bien llora, viéndolos desnudos, escuálidos, hambrientos, encorvados, lanzando ya el suspiro postrimero bajo la inmensa carga que en sus hombros puso la suerte”. Pretende a través de esos adjetivos desoladores, a través del sentimiento que reflexionemos.

Señala además que la defensa de la patria se haya en estos campesinos. “La guerra sopla en las almas su infernal veneno, y en insano furor las cortes arden; desde su esteva el labrador paciente, llorando en torno la infeliz familia, corre a la muerte, y en sus duros brazos se libra de la patria la defensa.

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