Primer momento
El auto comienza con la aparición del Autor, que sería Dios, que crea el escenario, e invoca al Mundo, que sería el teatro, para homenajear su creación.
El Autor dice preferir para dicho homenaje una comedia, pues lo que se va a representar es la vida humana.
El Mundo acepta entonces participar en El gran teatro del Mundo, una vez conoce el propósito del Autor, y hace un resumen de la creación, es decir, del antiguo testamento, dividiendo la historia en tres jornadas, como en la comedia teatral, y que divide a su vez en Ley Natural, Ley Escrita y Ley de Gracia. Expone cinco cosas:
a) La creación y aparición del hombre en la Tierra hasta el Diluvio universal de Noé.
b) La salvación y la aparición del iris de la paz, con el que termina el primer acto de la vida de la humanidad. Corresponde a la Ley natural.
c) El segundo acto de la vida humana, que correspondería a la Ley escrita, es decir, al Antiguo Testamento, en el que expone brevemente la historia del pueblo judío, como la huida de Egipto.
d) El tercer acto correponde a la Ley de Gracia y termina con el Apocalípsis.
e) Finalmente, indica que para salir y entrar en escena, el Mundo tiene dos puertas: la cuna y la sepultura. Además, añade que cada personaje dispondrá de lo que necesite para representar bien su papel.
Segundo momento
El Autor entonces llama a los personajes a su presencia. Habla con los hombres que aún no existen, es decir, solo viven en el mente del Autor. Son siete personajes, que representan la sociedad: son el Rico, el Labrador, el Pobre, la hermosura, el Rey, el Niño y la Discreción.
Este diálogo entre el Autor y los personajes que aún no existen es posible, pues la existencia de estos siete personajes está en el concepto de Dios antes de aparecer en el Teatro del Mundo. Es por esto por lo que los personajes no pueden elegir el papel que han de desempeñar, pues al no existir realmente carecen de voluntad. No obstante, el Autor les advierte que el desempeñar su papel bien o mal solo depende de ellos mismos, y que según obren bien o mal se les recompensará o castigará, o dicho de otra manera, les otorga libre albedrío.
Les va entregando los papeles a cada uno. Primero al Rey, a la Hermosura, al Rico y al Labrador, el cual queda insatisfecho con el papel pues a de trabajar mientras los anteriores no. Después la Discreción, y al Pobre, quien considera ser merecedor de un papel mejor, y lleva a cabo un soliloquio quejándose de este papel. Finalmente, al Niño no le adjudica ningún papel pues sin nacer morirá.
Por otro lado, les advierte que no podrán ensayar la obra antes de representarla, por lo que tendrán que improvisar en escena, así como tampoco se les informará de cuando tengan que hacer sus salidas de escena. Por último, les da una norma, que repetirá la Ley a lo largo del auto "Obrar bien que Dios es Dios" (que será también el nombre de la obra); y el Mundo entrega a cada uno los atributos que les corresponden.
Tercer momento
El Autor, sentando en su trono, en un "día eterno" observa la representación. Antes de comenzar esta, les advierte que les estará vigilando desde el cielo.
Comienza la aparición de los personajes en escena, salvo el Niño, que como se advirtió, no llega a aparecer en escena. La Hermosura y la Discreción pronto entran en desacuerdo sobre su apreciación de la naturaleza y la vida. Se anuncia entonces la aparición del Rey ante quienes se postran el resto de los personajes. El Pobre pide limosna al resto de personajes, pero solo la Discreción le da un poco de pan, sufriendo un tropiezo posteriormente y siendo ayudada por el Rey.
La Discreción propone que cada uno diga lo que imagina:
- El Rey imagina victoria y esplendor, y al punto es llamado para salir por la puerta del sepulcro.
- La Hermosura imagina conquistar a todos con su belleza, y como el Rey, es llamada para abandonar el escenario, marchitándose su hermosura y lamentando no haber representado mejor su papel.
- El Labrador al mecharse lamenta no poder recoger su cosecha.
- El Rico pese a seguir hablando se lo que imagina no es llamado, por lo que el Pobre suplica termine ya la representación y poder ir a la puerta de la sepultura. Ambos abandonan el escenario juntos, el Rico lamentando irse y el Pobre agradecido.
- La Discreción queda sola en el escenario, representando la religión como lo más permanente en el Mundo, y decide irse voluntariamente sin que la llamen.
Cuarto momento
Cuarto momento
El Mundo va arrebatando a cada uno de ellos los objetos utilizados en la representación, con excepción del Niño y el Pobre, a los que no les dio nada, y como tal no puede arrebatarles nada. Tampoco puede arrebatarle nada a la Discreción, pues sus buenas obras se quedaron en el escenario.
Al Rey le quita su poder y su corona, el Labrador devuelve su azadón y el Rico sus joyas y riquezas.
Quinto momento
Quinto momento
Los personajes buscan aquella cena que les prometió el Autor si cumplían bien su papel. Aparece el Autor en su trono y juzgando los actos de cada uno, lleva a gozar de la gloria eterna a la Discreción y el Pobre, así como al Rey, pues pese a haberle negado limosna al Pobre, la Discreción aboga por él por haberla ayudado al caerse. El Rico sufre la condenación eterna, y el Labrador y la hermosura también son llamados por sus fatigas. Solo el Niño se queda en el limbo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario