El Lazarillo de Tormes - Anónimo

Lázaro de Tormes nació en Tejares (Salamanca), en el río Tormes. Su padre Tomé González estaba a cargo de una molienda, es decir, era molinero. Teniendo Lázaro ocho años culparon a su padre de robar y le condenaron a ser acemilero de un caballero que fue a luchar contra los moros, pereciendo ambos en una contienda. 
Su madre entonces trabó relación con un negro, al que Lázaro tenía miedo hasta que entendió que gracias a él tenía comida y calor. La madre tuvo en este negro un hijo, al que le daba miedo su padre por no saber que él también era negro.  
Descubren que el negro hurtaba una cuarta parte de la cebada, además de otras cosas como mantas, por lo que le azotan y torturan. A la madre de Lázaro le dan 100 azotes por vivir amancebada con un hombre de otra religión, y se ve obligada a servir en un mesón. En el mesón, la madre encomienda a Lázaro a un ciego para que le haga de lazarillo y se despiden. 
Saliendo del mesón, ambos llegan a un puente donde hay un gran toro de piedra. El ciego le dice a Lázaro entonces que apoyase el oído en él pues emitía ruedo, y haciéndole Lázaro cuan le ordenado, el ciego diole un cabezazo contra el toro, diciéndole que el que sirve a un ciego ha de saber más que el diablo.
El ciego en cuestión guardaba el alimento en un arcón con cerradura y apenas alimentaba a Lázaro, por lo que este cogía la blanca que le daban al ciego y se la cambiaba por una media blanca que ya tenía preparada, lo que hacía que el ciego desconfiase.
Lázaro acostumbraba a dar un par de tragos al vino del ciego cuando este comía, y dándose cuenta de esto el ciego, óel asa para que Lázaro no pudiese cogerlo, Lázaro entonces metía una paja larga para beber;  el ciego ponía el jarro entre las piernas, tapándola con la mano, por lo que Lázaro hace un agujero al culo que tapaba con una tapón de cera . Dándose cuenta el ciego del engaño, lo disimuló y yendo a beber Lázaro un día el ciego lo dejó caer sobre Lázaro, rompiéndose el jarrón sobre su cabeza.
Yendo más adelante a una vendimia el ciego acordó con Lázaro que ambos comerían a partes iguales un racimo de uvas pero viendo que el ciego empezaba a comer de dos en dos, Lázaro empezó de tres en tres. Diciéndole luego el ciego que lo sabía, pues sabía que había estado comiendo de tres en tres pues él comía de dos en dos y Lázaro callaba.
Otro día, el ciego mandó a Lázaro a comprar longaniza y mientras el ciego pagaba, Lázaro cambió la longaniza por un nabo y guardose para él la longaniza. Al volver vio el ciego que lo que comía era un nabo, a lo que Lázaro dijo que no podía haber sido él el malhechor por hallarse comprando el vino que le había mandado comprar, cuando en realidad había estado comiéndose la longaniza, pero el ciego oliendo el aliento de Lázaro comprende lo que ha pasado.
Lázaro hastiado de tantos maltratos decidió dejarle y un día fueron a pedir limosna y tanto había llovido el día anterior que el arroyo era muy profundo. Dijo Lázaro que veía un sitio por donde no se mojarían y saltando el ciego por donde Lázaro le decía se dio un golpe contra un poste, huyendo Lázaro de él para siempre.
En Maqueda pasa a servir a un clérigo, ya que gracias al ciego sabía ayudar en misa. Este tenía un arcón viejo cerrado con llave, donde guardaba toda la comida. Lázaro se moría de hambre. Los sábados compraba cabeza de ternero y habiéndose comido hasta los ojos le daba a Lázaro los huesos roídos.
A las tres semanas estaba muerto de hambre, mas no lo dejaba por miedo a que el tercer amo fuese aun peor.
Llegando un día un calderero a la casa, hallándose el clérigo fuera, le pidió Lázaro que le diese una llave para el arca pues “la había perdido” pagándole con un bodigo (pan). Dándose cuenta a los dos días de que le faltaban panes, conto que le quedaban nueve, con lo que Lázaro no podía coger ninguno, por lo que se consolaba mirando a los panes. Se le ocurre hacer creer al clérigo que son ratones los que comen su pan y así Lázaro puede comer migas. El clérigo tapa con tablas todos los agujeros del arca. Lázaro hace un agujero grande en el arca y así los agujeros que el clérigo tapaba de día, los destapaba él de noche. El clérigo pone queso (cortezas) en una ratonera y así Lázaro también se lo come. Entonces piensa que puede ser una culebra. Lázaro dormía con la llave metida en la boca por lo que una noche hizo un ruido semejante al silbido de una serpiente y oyéndolo el clérigo golpeó a Lázaro con el garrote pensando haber atrapado a la culebra, y viendo la llave y probándola en la cerradura descubrió el engaño, y Lázaro se fue a buscar un tercer amo.
Conoce un escudero que le acepta como sirviente, diciéndole que debía de haber rezado hoy.
Sigue al escudero por gran parte de la ciudad, pasando por muchos sitios donde vendían comida, pero el escudero no compraba y Lázaro pensaba que lo compraría en otro lado. Luego se puso contento pensando que este compraba al por mayor y ya tendría la comida. Llegan por fin a una casa oscura aunque con bastantes habitaciones. Lázaro cuenta su vida al escudero, tras lo cual le pregunta a Lázaro que sí ha comido, a lo que este responde que no. El escudero le dice que él había almorzado antes de encontrarle a él y que hasta la noche no va a comer. Lázaro se da cuenta de que va a volver a pasar hambre con este amo. Se va al portal y empieza a comer un trozo de pan  que traía con él. Al verle el escudero con el trozo más grande (de tres) y se lo come diciéndole que le parece pan bueno, aunque Lázaro insiste en que no lo es. 
Viendo Lázaro “de que pie cojeaba” su nuevo amo se comió el pan corriendo. Al llegar la noche le dice que ya es muy tarde y que no pueden salir a por comida por miedo a los ladrones y que por lo tanto no cenarán a lo que Lázaro responde que puede pasar una noche sin comer, “vive más sano quien come poco”. Lázaro duerme a los pies del jubón y pide la muerte. Al día siguiente se levantan, hacen las tareas de la casa (no había mucho que hacer). Le enseña su espada vanagloriándole. Deja a Lázaro en la casa haciendo la cama y llenando la vasija de agua del río mientras él va a misa. El escudero liga con dos mujeres y estas al darse cuenta que es pobre, por no invitarlas a comer se van.
Lázaro come algunos tronchos de berzas y vuelve a la casa. Al ver Lázaro que era tarde y su amo no venía, se pone a mendigar y consigue pan y una uña de vaca en la posada y casas.
El escudero le dice que él ya ha comido y que coma tranquilo. Al ver Lázaro que el escudero no apartaba la vista de la pobre comida de Lázaro que este compadeciéndose sin haberlo pedido comparte su comida. Y así pasan 8 o 10 días.
Acuerdan en el ayuntamiento que se fuesen de la ciudad, por lo que Lázaro no puede mendigar. Le daban comida unas hilanderas. Llega el escudero con un real y manda a Lázaro a comprar comida. Lázaro va por la calle pensando lo que comprará con ese real cuando se cruzó con un entierro. Oyó a la mujer del difunto decir “que le llevaban a la casa triste y lóbrega donde nunca comen ni beben” y creyendo Lázaro que se trataba de su casa corrió hacia allí. El escudero se ríe al oírlo. Va a comprar Lázaro y comen. El escudero es extranjero, es de Castilla la vieja, y le ha se había ido por no quitarse el sombrero al saludar a otro caballero. Llega un hombre y una mujer a cobrar el alquiler. El escudero dice ir a la plaza y nunca vuelve. Quieren apresar a Lázaro hasta descubrir la hacienda de su amo. Llega un escribano y Lázaro dice que su amo tiene su hacienda en Castilla la vieja. Le dejan libre al oír el testimonio de las vecinas.
Su cuarto amo fue un fraile que le recomendaron las mujeres. Pero este andaba mucho, por lo que le da a Lázaro unos zapatos que rompe en ocho días; por esto Lázaro decide dejarle.
Su quinto amo es un buldero que no hablaba latín aunque lo fingía. 
 Llegan a un pueblo donde no le quieren comprar bulas. Después de cenar el alguacil y el bulero juegan, acusándose entre ellos de ladrón y falsario. Intervienen los que estaban allí para que no se maten. 
El pueblo se reúne al día siguiente todos van diciendo que las bulas son falsas, pues lo había descubierto el alguacil. A mitad del sermón del bulero el alguacil rompe proponiendo en voz alta la falsedad de las bulas. El bulero se dirige  a dios pidiéndole un milagro que pruebe que las bulas son verdaderas. Cae el alguacil al suelo, echando espumarajos por la boca. Los del pueblo suplican al bulero que socorra al alguacil. Reza y se recupera. Todos compran bulas. Lázaro se da cuenta de que su amo y el alguacil habían fingido.
Cuatro meses después Lázaro va con otro amo, en este caso un capellán. Gana 30 maravedíes los sábados. Hhabía ahorrado y se podía comprar ropa vieja. Viéndose bien vestido decide dejar a este amo.
Su séptimo amo es un alguacil, al que abandona por parecerle un oficio peligroso. 
Finalmente, consigue un cargo público (pregonero). Conoce al arcipreste de Sant Salvador y se casa con una criada suya, ganándose del favor del arcipreste, que procura que nada les falte. Las malas lenguas decían que su esposa le ponía los cuernos con el arcipreste, pero a este le da igual. 

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